viernes, 28 de agosto de 2015

Cuentos fantásticos Julio Cortázar

 El cuento fantástico narra acciones cotidianas, comunes y naturales; pero en un momento determinado aparece un hecho sorprendente e inexplicable desde el punto de vista de las leyes de la naturaleza. Un relato fantástico se basa en lo irreal y causa un efecto de realidad, por lo que el lector encuentra una lógica a lo que está leyendo. El personaje no distingue lo que es real de lo que es irreal. Dentro de éste género lo imposible es posible. El espacio en el que viven los personajes es ilógico y sigue normas irracionales, como en "Alicia en el país de las maravillas".

El cuento fantástico y el maravilloso
Es fácil confundir un cuento fantástico con uno maravilloso, pero entre ellos existen algunas diferencias:

Cuento fantástico:
1-Mundo real y cotidiano en el que se introducen elementos extraños.
2-Sucesos que ocurren en un lugar y tiempos reconocibles.
3-Un lector que duda o no puede explicar los hechos narrados.

Cuento maravilloso:
1-Mundo de seres inexistentes donde cualquier cosa puede suceder.
2-Sucesos que ocurren en un pasado lejano o en mundos inciertos.
3-Un lector que no duda de los hechos asombrosos narrados.


Proyecto: Conocemos lo fantástico a través de Julio Cortázar


Comenzamos el tema:Actividad N°1

Veremos el video del cuento “Aplastamiento de las gotas” narrado por Julio Cortázar


Luego se trabajará directamente sobre el cuento.
Aplastamiento de las gotas
  Yo no sé, mirá, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones  cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro qué hastío. Ahora aparece una gotita  en lo alto del marco de la ventana, se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo  y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. 
     Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga, ya es una gotaza que cuelga majestuosa y de pronto zup ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol. 
     Pero las hay que se suicidan y se entregan en seguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran, me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. 
     Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.
FIN
Contenidos a tratar:
La personificación. ¿Qué es personificar? ¿Cómo se lo logra el escritor? 
La descripción. ¿Cómo son esas gotas? Uso de los adjetivos. Buscamos en el diccionario las palabras que no conocemos, si no pueden inferirse con el texto.
¿Qué sensaciones te produce este cuento?

Conocemos al autor: Julio Cortázar




  Cortázar, el perseguidor de lo fantástico
¿Dónde nace Cortázar?
¿Qué ocurre en 1960 en la literatura?
 ¿Qué libros se nombra del autor?
 ¿Qué es lo fantástico según el autor?
 ¿Qué le gusta de Buenos Aires?
 ¿Qué quiere decir el autor cuando dice esta frase: "yo llevo a Buenos Aires puesto como otro lleva los zapatos y lo paseo conmigo en cualquier lugar..."?
 ¿Utiliza otro idioma al escribir o solo el español?¿Por qué?

Actividad sobre el cuento: Axolot

Lectura y análisis del cuento Antes del cuento: 

¿Qué supones que es un axolot? ¿Cómo te imaginás que es?


Video del cuento:AXOLOT


Axolotl    Julio Cortázar

Hubo un tiempo en que yo pensaba mucho en los axolotl. Iba a verlos al acuario del Jardín des Plantes y me quedaba horas mirándolos, observando su inmovilidad, sus oscuros movimientos. Ahora soy un axolotl.
El azar me llevó hasta ellos una mañana de primavera en que París abría su cola de pavo real después de la lenta invernada. Bajé por el bulevar de Port Royal, tomé St. Marcel y L’Hôpital, vi los verdes entre tanto gris y me acordé de los leones. Era amigo de los leones y las panteras, pero nunca había entrado en el húmedo y oscuro edificio de los acuarios. Dejé mi bicicleta contra las rejas y fui a ver los tulipanes. Los leones estaban feos y tristes y mi pantera dormía. Opté por los acuarios, soslayé peces vulgares hasta dar inesperadamente con los axolotl. Me quedé una hora mirándolos, y salí incapaz de otra cosa.
En la biblioteca Saint-Geneviève consulté un diccionario y supe que los axolotl son formas larvales, provistas de branquias, de una especie de batracios del género amblistoma. Que eran mexicanos lo sabía ya por ellos mismos, por sus pequeños rostros rosados aztecas y el cartel en lo alto del acuario. Leí que se han encontrado ejemplares en África capaces de vivir en tierra durante los períodos de sequía, y que continúan su vida en el agua al llegar la estación de las lluvias. Encontré su nombre español, ajolote, la mención de que son comestibles y que su aceite se usaba (se diría que no se usa más) como el de hígado de bacalao.
No quise consultar obras especializadas, pero volví al día siguiente al Jardin des Plantes. Empecé a ir todas las mañanas, a veces de mañana y de tarde. El guardián de los acuarios sonreía perplejo al recibir el billete. Me apoyaba en la barra de hierro que bordea los acuarios y me ponía a mirarlos. No hay nada de extraño en esto porque desde un primer momento comprendí que estábamos vinculados, que algo infinitamente perdido y distante seguía sin embargo uniéndonos. Me había bastado detenerme aquella primera mañana ante el cristal donde unas burbujas corrían en el agua. Los axolotl se amontonaban en el mezquino y angosto (sólo yo puedo saber cuán angosto y mezquino) piso de piedra y musgo del acuario. Había nueve ejemplares y la mayoría apoyaba la cabeza contra el cristal, mirando con sus ojos de oro a los que se acercaban. Turbado, casi avergonzado, sentí como una impudicia asomarme a esas figuras silenciosas e inmóviles aglomeradas en el fondo del acuario. Aislé mentalmente una situada a la derecha y algo separada de las otras para estudiarla mejor. Vi un cuerpecito rosado y como translúcido (pensé en las estatuillas chinas de cristal lechoso), semejante a un pequeño lagarto de quince centímetros, terminado en una cola de pez de una delicadeza extraordinaria, la parte más sensible de nuestro cuerpo. Por el lomo le corría una aleta transparente que se fusionaba con la cola, pero lo que me obsesionó fueron las patas, de una finura sutilísima, acabadas en menudos dedos, en uñas minuciosamente humanas. Y entonces descubrí sus ojos, su cara, dos orificios como cabezas de alfiler, enteramente de un oro transparente carentes de toda vida pero mirando, dejándose penetrar por mi mirada que parecía pasar a través del punto áureo y perderse en un diáfano misterio interior. Un delgadísimo halo negro rodeaba el ojo y los inscribía en la carne rosa, en la piedra rosa de la cabeza vagamente triangular pero con lados curvos e irregulares, que le daban una total semejanza con una estatuilla corroída por el tiempo. La boca estaba disimulada por el plano triangular de la cara, sólo de perfil se adivinaba su tamaño considerable; de frente una fina hendedura rasgaba apenas la piedra sin vida. A ambos lados de la cabeza, donde hubieran debido estar las orejas, le crecían tres ramitas rojas como de coral, una excrescencia vegetal, las branquias supongo. Y era lo único vivo en él, cada diez o quince segundos las ramitas se enderezaban rígidamente y volvían a bajarse. A veces una pata se movía apenas, yo veía los diminutos dedos posándose con suavidad en el musgo. Es que no nos gusta movernos mucho, y el acuario es tan mezquino; apenas avanzamos un poco nos damos con la cola o la cabeza de otro de nosotros; surgen dificultades, peleas, fatiga. El tiempo se siente menos si nos estamos quietos.
Fue su quietud la que me hizo inclinarme fascinado la primera vez que vi a los axolotl. Oscuramente me pareció comprender su voluntad secreta, abolir el espacio y el tiempo con una inmovilidad indiferente. Después supe mejor, la contracción de las branquias, el tanteo de las finas patas en las piedras, la repentina natación (algunos de ellos nadan con la simple ondulación del cuerpo) me probó que eran capaz de evadirse de ese sopor mineral en el que pasaban horas enteras. Sus ojos sobre todo me obsesionaban. Al lado de ellos en los restantes acuarios, diversos peces me mostraban la simple estupidez de sus hermosos ojos semejantes a los nuestros. Los ojos de los axolotl me decían de la presencia de una vida diferente, de otra manera de mirar. Pegando mi cara al vidrio (a veces el guardián tosía inquieto) buscaba ver mejor los diminutos puntos áureos, esa entrada al mundo infinitamente lento y remoto de las criaturas rosadas. Era inútil golpear con el dedo en el cristal, delante de sus caras no se advertía la menor reacción. Los ojos de oro seguían ardiendo con su dulce, terrible luz; seguían mirándome desde una profundidad insondable que me daba vértigo.
Y sin embargo estaban cerca. Lo supe antes de esto, antes de ser un axolotl. Lo supe el día en que me acerqué a ellos por primera vez. Los rasgos antropomórficos de un mono revelan, al revés de lo que cree la mayoría, la distancia que va de ellos a nosotros. La absoluta falta de semejanza de los axolotl con el ser humano me probó que mi reconocimiento era válido, que no me apoyaba en analogías fáciles. Sólo las manecitas... Pero una lagartija tiene también manos así, y en nada se nos parece. Yo creo que era la cabeza de los axolotl, esa forma triangular rosada con los ojitos de oro. Eso miraba y sabía. Eso reclamaba. No eran animales.
Parecía fácil, casi obvio, caer en la mitología. Empecé viendo en los axolotl una metamorfosis que no conseguía anular una misteriosa humanidad. Los imaginé conscientes, esclavos de su cuerpo, infinitamente condenados a un silencio abisal, a una reflexión desesperada. Su mirada ciega, el diminuto disco de oro inexpresivo y sin embargo terriblemente lúcido, me penetraba como un mensaje: «Sálvanos, sálvanos». Me sorprendía musitando palabras de consuelo, transmitiendo pueriles esperanzas. Ellos seguían mirándome inmóviles; de pronto las ramillas rosadas de las branquias se enderezaban. En ese instante yo sentía como un dolor sordo; tal vez me veían, captaban mi esfuerzo por penetrar en lo impenetrable de sus vidas. No eran seres humanos, pero en ningún animal había encontrado una relación tan profunda conmigo. Los axolotl eran como testigos de algo, y a veces como horribles jueces. Me sentía innoble frente a ellos, había una pureza tan espantosa en esos ojos transparentes. Eran larvas, pero larva quiere decir máscara y también fantasma. Detrás de esas caras aztecas inexpresivas y sin embargo de una crueldad implacable, ¿qué imagen esperaba su hora?
Les temía. Creo que de no haber sentido la proximidad de otros visitantes y del guardián, no me hubiese atrevido a quedarme solo con ellos. «Usted se los come con los ojos», me decía riendo el guardián, que debía suponerme un poco desequilibrado. No se daba cuenta de que eran ellos los que me devoraban lentamente por los ojos en un canibalismo de oro. Lejos del acuario no hacía más que pensar en ellos, era como si me influyeran a distancia. Llegué a ir todos los días, y de noche los imaginaba inmóviles en la oscuridad, adelantando lentamente una mano que de pronto encontraba la de otro. Acaso sus ojos veían en plena noche, y el día continuaba para ellos indefinidamente. Los ojos de los axolotl no tienen párpados.
Ahora sé que no hubo nada de extraño, que eso tenía que ocurrir. Cada mañana al inclinarme sobre el acuario el reconocimiento era mayor. Sufrían, cada fibra de mi cuerpo alcanzaba ese sufrimiento amordazado, esa tortura rígida en el fondo del agua. Espiaban algo, un remoto señorío aniquilado, un tiempo de libertad en que el mundo había sido de los axolotl. No era posible que una expresión tan terrible que alcanzaba a vencer la inexpresividad forzada de sus rostros de piedra, no portara un mensaje de dolor, la prueba de esa condena eterna, de ese infierno líquido que padecían. Inútilmente quería probarme que mi propia sensibilidad proyectaba en los axolotl una conciencia inexistente. Ellos y yo sabíamos. Por eso no hubo nada de extraño en lo que ocurrió. Mi cara estaba pegada al vidrio del acuario, mis ojos trataban una vez más de penetrar el misterio de esos ojos de oro sin iris y sin pupila. Veía de muy cerca la cara de una axolotl inmóvil junto al vidrio. Sin transición, sin sorpresa, vi mi cara contra el vidrio, en vez del axolotl vi mi cara contra el vidrio, la vi fuera del acuario, la vi del otro lado del vidrio. Entonces mi cara se apartó y yo comprendí.
Sólo una cosa era extraña: seguir pensando como antes, saber. Darme cuenta de eso fue en el primer momento como el horror del enterrado vivo que despierta a su destino. Afuera mi cara volvía a acercarse al vidrio, veía mi boca de labios apretados por el esfuerzo de comprender a los axolotl. Yo era un axolotl y sabía ahora instantáneamente que ninguna comprensión era posible. Él estaba fuera del acuario, su pensamiento era un pensamiento fuera del acuario. Conociéndolo, siendo él mismo, yo era un axolotl y estaba en mi mundo. El horror venía -lo supe en el mismo momento- de creerme prisionero en un cuerpo de axolotl, transmigrado a él con mi pensamiento de hombre, enterrado vivo en un axolotl, condenado a moverme lúcidamente entre criaturas insensibles. Pero aquello cesó cuando una pata vino a rozarme la cara, cuando moviéndome apenas a un lado vi a un axolotl junto a mí que me miraba, y supe que también él sabía, sin comunicación posible pero tan claramente. O yo estaba también en él, o todos nosotros pensábamos como un hombre, incapaces de expresión, limitados al resplandor dorado de nuestros ojos que miraban la cara del hombre pegada al acuario.
Él volvió muchas veces, pero viene menos ahora. Pasa semanas sin asomarse. Ayer lo vi, me miró largo rato y se fue bruscamente. Me pareció que no se interesaba tanto por nosotros, que obedecía a una costumbre. Como lo único que hago es pensar, pude pensar mucho en él. Se me ocurre que al principio continuamos comunicados, que él se sentía más que nunca unido al misterio que lo obsesionaba. Pero los puentes están cortados entre él y yo porque lo que era su obsesión es ahora un axolotl, ajeno a su vida de hombre. Creo que al principio yo era capaz de volver en cierto modo a él -ah, sólo en cierto modo-, y mantener alerta su deseo de conocernos mejor. Ahora soy definitivamente un axolotl, y si pienso como un hombre es sólo porque todo axolotl piensa como un hombre dentro de su imagen de piedra rosa. Me parece que de todo esto alcancé a comunicarle algo en los primeros días, cuando yo era todavía él. Y en esta soledad final, a la que él ya no vuelve, me consuela pensar que acaso va a escribir sobre nosotros, creyendo imaginar un cuento va a escribir todo esto sobre los axolotl.
Si te animas puedes dibujarlo.

Actividad 
Realizaremos una comparación con un texto de divulgación científica 

Axolote mexicano
El axolote mexicano (pronunciado ajolote) es una salamandra con la característica poco habitual de conservar sus rasgos larvales en su vida adulta. Esta condición, que se conoce como neotenia, significa que conserva su aleta dorsal de renacuajo -que recorre casi la totalidad de su cuerpo- y sus branquias externas, que sobresalen de la parte trasera de su ancha cabeza en forma de plumas.
El axolote se encuentra únicamente en el complejo lacustre de Xochimilco (pronunciado Sochimilco), cercano a la ciudad de México, y difiere de la mayoría del resto de las salamandras en que vive permanentemente en el agua. En casos extremadamente raros, el axolote madura y sale del agua, pero en la mayoría de los casos prefieren permanecer en el fondo de los lagos y canales de Xochimilco.
El axolote, pariente cercano de la salamandra tigre, puede ser bastante grande y alcanza longitudes de hasta 30 centímetros, aunque su tamaño medio es de 15 cm. El axolote suele ser negro o marrón moteado, aunque también son relativamente comunes las variedades albinas y blancas, especialmente entre especímenes criados en cautividad.
El axolote es longevo, alcanza hasta 15 años de edad alimentándose de moluscos, gusanos, larvas de insectos, crustáceos y algún pez. Esta especie, acostumbrada al papel de predador en su hábitat, ha empezado a padecer la introducción de grandes peces en su hábitat lacustre. Entre las amenazas naturales se cuentan las aves de presa como las garzas.
Su población está en declive, ya que la demanda de la cercana ciudad de México ha llevado a drenar y contaminar buena parte de las aguas del complejo lacustre de Xochimilco. También es muy común utilizarlo en el comercio de acuarios y el axolote asado se considera un manjar en México, lo que ha llevado a que su número se reduzca aun más. Se lo considera una especie muy amenazada.
Actividad:
1)    ¿Cuál es la diferencia con el texto anterior, que era un cuento? ¿Cuál es la función?
2)    ¿Por qué son textos de trama descriptiva?
3)    Características del texto expositivo. Ejemplos, explicaciones o reformulaciones, datos precisos (nombres, lugares, etc.)
4)    Escribe una oración para explicar cada párrafo de qué trata.




Actividad  Cuento: "El discurso del oso" . Narrado por Julio Cortázar

Exploramos la tapa


























¿Cortázar para niños?  Por qué no.


“Desde muy pequeño, hay ese sentimiento de que la realidad para mí era no solamente lo que me enseñaban la maestra y mi madre y lo que yo podía verificar tocando, oliendo, sino además continuas interferencias de elementos que no correspondían, en mi sentimiento, a ese tipo de cosas. Esa ha sido la iniciación de mi sentimiento de lo fantástico…”
(La fascinación de las palabras, Julio Cortázar)
Discurso del oso
Soy el oso de los caños de la casa, subo por los caños en las horas de silencio, los tubos de agua caliente, de la calefacción, del aire fresco, voy por los tubos de departamento en departamento y soy el oso que va por los caños.
Creo que me estiman porque mi pelo mantiene limpios los conductos, incesantemente corro por los tubos y nada me gusta más que pasar de piso en piso resbalando por los caños. A veces saco una pata por la canilla y la muchacha del tercero grita que se ha quemado, o gruño a la altura del horno del segundo y la cocinera Guillermina se queja de que el aire tira mal. De noche ando callado, y es cuando más ligero ando, me asomo al techo por la chimenea para ver si la luna baila arriba, y me dejo resbalar como el viento hasta las calderas del sótano. Y en verano nado de noche en la cisterna picoteada de estrellas, me lavo la cara primero con una mano, después con la otra, después con las dos juntas, y eso me produce una grandísima alegría. 
Entonces resbalo por todos los caños de la casa, gruñendo contento, y los matrimonios se agitan en sus camas y deploran la instalación de las tuberías. Algunos encienden la luz y escriben un papelito para acordarse de protestar cuando vean al portero. Yo busco la canilla que siempre queda abierta en algún piso; por allí saco la nariz y miro la oscuridad de las habitaciones donde viven esos seres que no pueden andar por los caños, y les tengo algo de lástima al verlos tan torpes y grandes, al oír como roncan y sueñan en voz alta, y están tan solos. Cuando de mañana se lavan la cara, les acaricio las mejillas, les lamo la nariz y me voy, vagamente seguro de haber hecho bien. 
Trabajaremos en clase con el análisis del mismo.

Julio Cortázar narra "Discurso del Oso"


Actividad: El docente leerá junto con los alumnos el capítulo: Historias de Cronopios y Famas

Leemos la siguiente reseña sobre el libro extraída de la revista virtual Escritores.org

“Historias de Cronopios y de Famas”, de la ironía a la cotidianidad (Por Soledad Arrieta)
 “Cuando abra la puerta y me asome a la escalera, sabré que abajo empieza la calle; no el molde ya aceptado, no las casas ya sabidas, no el hotel de enfrente; la calle, la viva floresta donde cada instante puede arrojarse sobre mí como una magnolia, donde las caras van a nacer cuando las mire, cuando avance un poco más, cuando con los codos y las pestañas y las uñas me rompa minuciosamente contra la pasta del ladrillo de cristal, y juegue mi vida mientras avanzo paso a paso para ir a comprar el diario a la esquina.”
(Julio Cortázar, Historias de Cronopios y de Famas, Buenos Aires, Ed. Alfaguara, 1995, pág. 2.)
 Julio Cortázar publica, en el año 1962, Historias de Cronopios y de Famas, una recopilación de sesenta y cuatro relatos cortos repletos de sarcasmo e ironía que esconden entre sus líneas reflexiones filosóficas a través de un lenguaje sencillo y claro.
Esta obra, fiel reflejo de la sociedad del momento —pero aplicable a todos los tiempos—, se encuentra dividida en cuatro partes:
La primera de ellas, Manual de Instrucciones,  es una ridiculización de situaciones cotidianas y repetitivas que nos obliga a reflexionar sobre actos que consideramos habituales y a los que normalmente, no prestamos atención.
Luego de este disparador, el humor y la ironía se entremezclan y potencian dando lugar a todo tipo de instructivos, entre otros, para llorar, para tener miedo, para subir una escalera, para dar cuerda a un reloj. Considero imposible que el lector no sonría mientras recuerda cómo actúa en esas situaciones, pese a que esto no será sorpresa para quienes gustan de su alucinante literatura, ya que Cortázar nos tiene por demás acostumbrados a esa invitación a la complicidad.
“…"
La última parte, propiamente Historias de Cronopios y de Famas, es sin lugar a dudas una parodia del clasismo.  Aquí, Cortázar nos presenta a tres tipos de personajes: los Cronopios, los Famas y los Esperanzas.
Los Cronopios (que habían aparecido anteriormente, en un artículo publicado en la revista Buenos Aires Literaria, en 1952, acerca de un concierto de Luis Amstrong) son unos seres verdes y húmedos, que viven al margen de las cosas entre el arte y lo asocial. Son ingenuos, idealistas, desordenados, muy sensibles y poco convencionales.  Viven con pasión, disfrutan cada cosa que hacen  sin vergüenza, aunque a veces padecen de envidia. Sufren el mundo y aman al mundo.
Los Famas, son seres burgueses, rígidos, organizados, sentenciosos, exitosos. Son los “formales” que se preocupan por el orden y que ocupan altos cargos políticos y/o empresariales.
Entre estos dos extremos, se sitúan los Esperanzas, con menos recurrencia entre sus textos, que son simples, aburridos, ignorantes, rutinarios y normalmente actúan sometidos a alguna de las otras dos “especies”.
Los Famas, disfrutan de mostrarse felices ante los Cronopios ostentando su alegría, mientras que estos últimos se regocijan cada vez que uno de ellos les presta atención. Los Esperanzas se transportan a través de la gente y viven despreocupados.
Durante las veinte historias que componen esta última parte, serán notorias las diferencias entre los dos extremos acerca de oportunidades, calidad de vida, formas de disfrutar las diversas circunstancias e incluso, maneras de interpretar las mismas realidades.
Es importante que el lector sepa identificar la ironía del autor, que va dirigida al sistema y no a las víctimas del mismo.
Al poco tiempo de su publicación, estos nuevos términos comenzaron a ser utilizados por gran cantidad de jóvenes que empezaban a comprender una realidad social a través de la ficción.  Alrededor del humor, Cortázar da a entender que busca una concientización, no sólo a nivel sociopolítico, sino también a nivel individual-existencial.
¿Qué ocurre a partir de la lectura de la reseña?
¿La reseña es solo información del texto o hay cierta intencionalidad?
¿En este texto se dan todos los datos sobre el libro?
¿Qué cosas no dice sobre el libro?
¿Te dan ganas de leerlo o no? Justifica

Capítulo:

"Historias de Cronopios y de Famas"

Actividad: lectura de artículo periodístico

Artículo periodístico. Bolivia. Opinion.com.bo
Cultura   EFE / BUENOS AIRES | 24/03/2014
Los cronopios de Cortázar llegan a la pantalla grande

En el centenario del nacimiento del genial escritor argentino Julio Cortázar, los fantásticos cronopios y famas surgidos de su pluma llegan a la pantalla grande en una película de animación que compitió el fin de semana   en el Festival de Cine de Málaga (sur de España).
El cineasta argentino Julio Ludueña dirigió una historia coral que refleja "la confrontación entre opuestos” que las criaturas de Cortázar "ejemplifican a través de distintas y divertidas situaciones cotidianas, políticas o emocionales”, según el director. 
Ludueña aseguró que con Historias de cronopios y famas cumplió una asignatura que tenía pendiente desde 1972, cuando coincidió con el autor en Francia "y quedó abierta la posibilidad de filmar alguno de sus libros”. Aunque primero pensó en una adaptación cinematográfica con actores, al final se decantó por la animación, porque sintió que tenía entre manos una historia "capaz de unir la literatura con el cine y las artes plásticas”. 
Por eso, invitó a los pintores Carlos Alonso, Luis Felipe Noé, Antonio Seguí, Daniel Santoro, Crist, Ana Tarsia, Magdalena Pagano, Patricio Bonta, Luciana Sáez y Ricardo Espósito a traducir en imágenes los relatos, en un trabajo que se prolongó durante seis años. 
"Plasmó cada uno con su propia visión artística los distintos enfoques de cada cuento, tal como Cortázar lo hace escribiendo, dejando abierta esa estructura a la diversidad de variantes”, indicó el cineasta. 
La fructífera relación entre el autor de Rayuela y el cine se remonta a más de cinco décadas atrás, cuando el argentino Manuel Antín filmó en 1961 La cifra impar, inspirada en el cuento Cartas de mamá. 
Maestros del cine como el italiano Michelangelo Antonioni y el francés Jean Luc Godard siguieron sus pasos, y Blow up, la adaptación del primero de Las babas del diablo, se alzó con la Palma de Oro en Cannes en 1966 y se convirtió en una cinta de culto.
"Cortázar es un escritor cuyas  narrativas son profundamente cinematográficas. Para los cineastas, leerlas es querer filmarlas, desde Antonioni a Godard”, aseguró Ludueña. 
Para el director argentino, el lúdico universo cortazariano incluye numerosas situaciones que dan pie a interpretaciones múltiples e imágenes distintas en cada lector, del mismo modo que "la música surge de una partitura, con infinitas posibilidades”. Como ejemplo cita Las líneas de la mano, donde una línea sale de una carta y cruza la ciudad hasta llegar a la línea de la vida de una mano, sin aclarar si esa carta es de amor o es un naipe.  Esa ambigüedad "abre un mundo de alternativas tanto a la imaginación del lector como a las imágenes del director”, subrayó.
Historias de cronopios y de famas, que se estrenará en los cines argentinos en  mayo, se suma a los numerosos homenajes que Argentina y Francia brindarán a Cortázar durante 2014, cuando se conmemora el centenario de su nacimiento y el trigésimo aniversario de su muerte. Además, se organizará una muestra itinerante por el país sudamericano en la que la película, premiada ya en el Festival Internacional de La Habana, será exhibida junto a las obras de todos los pintores que contribuyeron a su realización. 
"Nunca dejó de pertenecer al sur, a sus circunstancias y a su idioma”, dijo Ludueña sobre su célebre compatriota. El veterano director reivindicó también que "su ideología, indisolublemente unida a la renovación cultural que produjo, no necesita actualizarse sino reconocerse”. "Cortázar es una voz fundamental para Latinoamérica”, finalizó.

Actividad:

Lectura del capítulo II Historia de Cronopios y de Famas (A partir de la página 65) Alfaguara.


Actividad N°10Lectura, análisis y la gramática en los cuentos del autor


  • Instrucciones para llorar.

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.


Actividades:

1)    Te animo a que marques en el texto de Julio Cortázar todos los verbos que encuentres. Anotálos en infinitivo.  Después usalos como quieras en frases nuevas.
2)    Escribí tus propias instrucciones para reír.
3)    ¿Enconarás palabras que no sabes qué significan? Anótalas.
4)    ¿Qué instrucciones podrías darle a alguien que quiera aprender un idioma nuevo? ¿Podrías hacer una lista de consejos para que lo intente?


  • Instrucciones para subir una escalera




Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.



  • Instrucciones para tener miedo
En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. 


    Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere. 

    En la plaza del Quirinal, en Roma, hay un punto que conocían los iniciados hasta el siglo XIX, y desde el cual, con luna llena, se ven moverse lentamente las estatuas de los Dióscuros que luchan con sus caballos encabritados

    En Amalfí, al terminar la zona costanera, hay un malecón que entra en el mar y la noche. Se oye ladrar a un perro más allá de la última farola. 

    Un señor está extendiendo pasta dentrífica en el cepillo. De pronto ve, acostada de espaldas, una diminuta imagen de mujer, de coral o quizá de miga de pan pintada. 

    Al abrir el ropero para sacar una camisa, cae un viejo almanaque que se deshace, se deshoja, cubre la ropa blanca con miles de sucias mariposas de papel. 

    Se sabe de un viajante de comercio a quien le empezó a doler la muñeca izquierda, justamente debajo del reloj de pulsera. Al arrancarse el reloj, saltó la sangre: la herida mostraba la huella de unos dientes muy finos. 

    El médico termina de examinarnos y nos tranquiliza. Su voz grave y cordial precede los medicamentos cuya receta escribe ahora, sentado ante su mesa. De cuando en cuando alza la cabeza y sonríe, alentándonos. No es de cuidado, en una semana estaremos bien. Nos arrellanamos en nuestro sillón, felices, y miramos distraídamente en torno. De pronto, en la penumbra debajo de la mesa vemos las piernas del médico. Se ha subido los pantalones hasta los muslos, y tiene medias de mujer.

Actividad de Producción.
  • Armado de nuevos capítulos de Cronopios y de Famas.
  • Armado de cuentos sobre instrucciones.
Lectura del capítulo “Manual de instrucciones” (pág. 1 a la pág. 13)Selección de algunos cuentos:
Producción: libros de nuevas historias fantásticas.

Actividad: El arte y la literatura Conocemos a Miró y algunos  de sus cuadros.

















Carnaval de arlequín 1924-1925
Joan Miró, fue un artista muy imaginativo y original, muy influenciado pictóricamente por el surrealismo. Miró también experimentó con otros medios artísticos, como grabados y litografías, a los que se dedicó en la década de 1950. 
Sus obras recogen motivos extraídos del reino de la memoria y el subconsciente con gran fantasía e imaginación, y que se hallan entre las más originales del siglo XX. 
El estilo de Miró fue madurando bajo la influencia de los pintores y poetas surrealistas.


Nos inspiramos para dibujar nuestros propios 
Cronopios para nuestra antología.



AQUÍ PRESENTAMOS NUESTRA ANTOLOGÍA:
 CUENTOS FANTÁSTICOS 2015





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